El conejo de las orejas doradas

Nació bajo un sol de otoño,
cuando lloviznaba un rocío ocre.

Las gotitas llevaban pedacitos de rayos,
y las hojas cayendo le susurraban brillo al oído.

El abrió sus ojitos y lo primero que vió fue al viento,
un viento tan hermoso,
que tuvo que cerrarlos para poder también respirarlo.

Sintió como cada uno de los pelitos de sus orejas
se encendían y se apagaban,
para siempre volver a encenderse.

Ahora corre por el bosque en las noches,
jugando con las luciérnagas a las escondidas,
mientras va iluminando, los sueños de los enamorados.

Actividades de un hobbit en fin de semana


volar por carreteras durante horas
pasear focas
y abrazar sirenas

caminar entre cuadros y gatos de tela
comer pan con pedacitos de tormenta
y mirar sirenas

enseñarle a un gato gris a decir yo me quiero quedar
no peinarse y despeinar
y besar sirenas

volar en nudibranquios color vino
escuchar campanadas dementes y gotitas de lluvia
y acariciar sirenas

despertar nadando en un jardín de flores y con sed
no distinguir entre frío y caliente
y bañar sirenas

comprar dulces y jugar a ser vampiro
comer nubes con sabor a platano, y nieve con sabor a nube
y mirar sirenas

subir a un puente y echarse a volar
soñar entre luces rojas y luces ambar
y adorar sirenas

Leonor, la jirafa coqueta