Mírate bien el ombligo
durante varios minutos,
y verás como entra y sale
Raquel Sánchez por su nudo.
Esta señora se encarga
de su pulido y limpieza,
usa un plumero naranja
que mueve con gran destreza.
Se pone un collar de estrellas
también luces en los ojos,
no vaya a ser que la vean
y supongan que es un piojo.
Le gusta comer pelusa
la que quita del ombligo,
también andar en patines
e ir a misa los domingos.
Cuidado cuando te rasques,
porque la puedes asustar.
Raquel se irá para siempre
y tu ombligo no brillará.