La ventana
El cisne y el insomnio
No se podía dormir.
Justo esa noche que no quería estar ahí.
En la penumbra podía ver su lámpara apagada, haciendo una leve sombra en la pared...
parecía un cisne.
Cómo le gustaría ser uno, negro, nadando en un té tibio de jazmín.
Sentir, en cada una de sus plumas, que el viento, la despeina.
Volar, y llorar por todos, y que esas lágrimas sean el rocío que te despierte una mañana
y te haga pensar en mí.
Y morir bailando, sola, cuando ellos se hayan ido y los aplausos
no tapen el sonido del agua.
Finalmente se durmió, y soñó que era una burbuja que llegaba al espacio.
Se despertó la siguiente mañana, inmóvil en su cama.
Qué desilusión, no quería apoyar los pies en el suelo.
Pero ya iba a encontrar la manera de quedarse viviendo en su imaginación, con vos.
Cuatro autorretratos absurdos de Carina Garabato
La velocidad
Felipe, el maestro del camuflaje
Feliz cumpleaños
sos una inteligente travesura
sos una canción de cocorosie
sos una tarjeta de crédito dorada, sin límites
sos un coral bailando con la corriente
sos un viaje en bicicleta
sos un helado de arándano
sos un juguete eternamente nuevo
sos una cama sin hacer
sos un chiste bien contado
sos narcosis al nivel del mar
sos una semilla brotando
sos una ola
que tropieza en risas
y se convierte en algo
deliciosamente refrescante.
Ellos dos
El es de carbón,
ella de azúcar impalpable.
El sueña con cascadas de caramelo,
y ella con pasear en un carruaje.
El es tímidamente dulce,
ella sofisticadamente celosa.
El duerme sobre pompones
y ella, como distraída, lo acaricia.
El tiene ojos de pradera,
ella dos pedacitos de cielo.
El quiere ser panadero,
y ella bailarina de ballet.
Ellos dos dicen miau,
y el mundo se cae a sus patas.
Para la tutti y el sebastián, que tuvieron la suerte de vivir,
gracias a una bondadosa ardilla que los adopto,
y a quienes extraño mucho.
Carina Garabato
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La Srita. Impresionante · cap 03 · La Srita. Impresionante y las drogas
Tiene muchísimas plantas, que son regadas periodicamente por un elefante que en realidad no es jardinero, es bombero, pero en sus ratos libres se dedica a eso, y también lava coches, y los domingos hace de fuente en el parquecito del barrio, junto con un angelito. Lo que se dice un elefante hiperactivo.
Era domingo al atardecer de una semana de muchísimo trabajo para la señorita impresionante, habían intentado robarle a la ardilla sus bellotas, tuvo que ayudarle a su vecina Graciela a recuperar el rulero que se le cayó dentro del inodoro, y también conseguir un traje de astronauta dorado para su amigo el pinguino que bailaba en una fiesta en la antártida.
Se fué al balcón, se sentó entre las macetas, a ver como el sol se iba sin preguntarle a nadie.
Ahí, inmersa en sus pensamientos, se dió cuenta que necesitaba relajarse, y decidió fumarse unas hojas de rúcula.
A los 5 minutos la Srita. Impresionante vió:
· Un avión azul haciendo piruetas en el cielo, que se estaciona en la calle, y empiezan a descender osos hormigueros que en lugar de trompas tenian trompetas.
· En la tienda de la esquina empieza a crecer un árbol de ojos que no paraban de pestañear y mirarla fijo, tenian pestañas enormes y bien arqueadas, y eran todos de color celeste.
· Viene volando un pajarito tamaño mediano, naranja, como de unos 15 cm, peinado para atrás, pero con un fleco rubio que le tapaba un ojito, que se para en su rodilla y le dice: "Cómo anda Srita Impresionante? Vió que calor hace? La dejo porque me voy a tomar un daikiri de alpiste con los gorriones a la Condesa" mientras soplaba para arriba y se le volaba el fleco.
· De repente se empieza a nublar, y empiezan a caer del cielo, caramelos sugus de todos los sabores, sin pelar.
La Srita impresionante se comió uno azul, despues uno verde fuerte, despues otro azul, y cuando se estaba comiendo uno verde clarito, ya se hinchó las pelotas de que le estuvieran pegando en la cabeza.
Así que ahi agarró, y se fue a dormir una siesta.
"Faaaa, como te pone la rúcula!", exclamó, y se quedó dormida, abrazada a un orangután de peluche.