El desierto calla, porque grita en el aullido del coyote.
El desierto calla, cuando llora en los ojos del burro.
El desierto calla, porque ruge apasionado, en la voz del viento.
El desierto calla, esperando paciente a que llegue el agua.
El desierto calla, ya que no necesita palabras para decirte lo grande que es.
El desierto calla, porque en silencio se contempla mejor.
El desierto calla, para que escuches el latido de la tierra en tu pecho.
El desierto calla y te pide silencio.
Y ahora, me callo yo.
Dedicado a Luli Labat por ser mi guía de viajes espirituales.
2 comentarios:
Faaaaaaaaaaaa que entradaza te mandaste!!
Me convertiste en desierto :)
¿El cactus le estará diciendo que sus espinas son bigotes? me la como a besos!!
Le dejo al viento un abrazotote para las 3!
:) te quiero, pronto nos daremos ese abrazo en persona.
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