La Srita. Impresionante · Capítulo 01 · Inundación


Parecía un amanecer tranquilo en la casa de la Srita. Impresionante, hasta que extendió su mano desde la cama a la mesita de noche, para apagar el despertador, y se dió cuenta que estaba nadando.
Abre los ojos y ve pasar por encima de su cabeza: una playera con la cara de Mario Baracus, un pez de cerámica multicolor, un acordeón, un libro para hablar japonés en 15 minutos, y pensó: "el esquite de anoche me pegó mal".
Pero la Srita. Impresionante es extremadamente astuta, y además confía plenamente en la Sra. que vende los esquites, entonces pensó nuevamente y gritó: "uba ibunbabióóóón!!"
Después del libro, pasó su antifaz y su traje de baño, se pone todo rápidamente y nada como perrito hasta la puerta.
Abre, pasa y cierra.
Entra en la habitación de su roomie, la osa rosa, y ve que está profundamente dormida.
Luego nada hasta la cocina, y un cardúmen de cucarachas de la manito, haciendo la coreografía del lago de los cisnes la saluda, y se burlan de ella.
La Srita. Impresionante se monta en cólera, y así cabalgando con los cabellos al agua, se dirije a la bodega de los alimentos de primera necesidad y se encuentra cara a cara con el problema.
Quinientas sesenta y cuatro botellas de agua bonafont de litro y medio abiertas.
Por suerte, estaban todas las tapitas.
Poco tiempo le quedaba.
Usando todos sus recursos, manos, ojos, boca, pies, ombligo, las tapa una a una, y poco a poco, el nivel de inundación va descendiendo.
Peligro controlado.
Toma aire y va chapoteando hasta la habitación de la osa rosa, que, gracias al cielo, seguía durmiendo.
Prende el secador de pelo a su máxima potencia y logra secar todo antes de que ella despierte.
Desayunaron huevos como cualquier otro día, la osa se extrañó de ese vapor que había en el ambiente y le contó que había tenido una pesadilla, que era un pez naranja atrapado en una pecera de la cual siempre quería salir, pero no podía. La Srita. Impresionante le dijo que no se preocupe, que ella era una osa rosa que vivía en libertad.
Pero sabía lo que había pasado, sabía quien había sido porque encontró, junto a las botellas, un palillo con restos de crepas, otra vez la bruja francesa del elevador.

2 comentarios:

La Mónaco dijo...

Cuanto falta para el proximo capitulo??... no puedo esperar mas!!!!

Paula Yalú o Paula de Sebastián dijo...

cucarachhhhhhhhhhhhhh