Los dientes de mi abuelo Valentín
contaban cuentos desde un vaso con agua.
Yo esperaba a que todos estuviesen dormidos,
para encerrarme en el baño y escucharlos.
Había que prestar mucha atención y acercarse bastante,
Uds. saben lo complicado que puede ser hablar debajo del agua.
A veces repetía cuentos, como el del señor del restaurante que comía palillos, pensando que eran palitos de pan.
Ese era su preferido, tal vez porque tenía que ver con dientes
y con ingenuidad.
Otro era el de la estrella de mar que deseaba brillar en el cielo.
Ese le encantaba, tal vez porque tenía que ver con agua y con soñar.
Que fantásticos los dientes del abuelo Valentín,
los recuerdo y no dejo de sonreír.
9 comentarios:
un poema...
Los dientes de Valentin tenian el poder del gato de Alicia?
El sonreia y todo desaparecia dejando solo una hilera de dientes flotando en el aire?
Y además usaba sus dientes como teclas de piano, como ese gato chiflado!
Un gato musical!!!!!!!
Quiero uno!
vos ya tenés dos que amasan ñoquis! o estarán tocando el pianito?
seguro tocan el pianito... como su tía, dicen que "la lambada" es su preferida...
claro!, si son gatos caribeños!
el otro día vi a Sebastián con maracas!
caribeños como PICHU the coconut retriever!!!!!!!!, deberíamos presentarlos... cuándo vienen?!?!?!
nene me gusta tu blog
por cierto que buena foto esa del centro con guisela,
vestuarios ni se diga
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